Tel Aviv, situada en la costa mediterránea, mantiene su carácter tradicional pese a ser una ciudad moderna y dinámica. Casi cada calle tiene valor histórico y cultural, con muchos museos en los que encontrará algunos de los secretos del pasado. Pero Tel Aviv recibe su carácter no solo gracias a su ubicación, arte o historia: la cocina aporta una dimensión fascinante y deliciosa a la ciudad. Sus platos aúnan las tradiciones culinarias del Mediterráneo, Oriente Medio y el Levante, y son auténticas delicias para los visitantes. La cercana Jerusalén es Tierra Santa para las tres principales religiones monoteístas. Recibe peregrinos de todo el mundo en sus monumentos sagrados que bien merecen una visita, como la mezquita de Al-Aqsa, la Cúpula de la Roca, el Monte del Templo y el Muro de las Lamentaciones.