Chicago, tal y como la conocemos hoy, surgió de las cenizas del gran incendio que sufrió en 1871; según la leyenda fue iniciado por la vaca de la señora O’Leary, que ha pasado a formar parte del folclore, como lo demuestran los nombres de los restaurantes y las esculturas de vacas repartidas por toda la ciudad. Durante la visita, podrá disfrutar de las vistas asombrosas del lago Michigan o divertirse en el Muelle de la Armada junto a él. Las vistas desde el balcón de cristal situado en la planta 412 de la torre Willis le dejarán sin aliento y quedará fascinado por el arte de Millennium Park. El acuario es también uno de los mejores del mundo. Por último, Chicago es también conocida por su ambiente teatral, por lo que le recomendamos que asista a una función en el Chicago Theatre.