Decir que Roma es una ciudad histórica sería casi un eufemismo. Es difícil expresar con palabras sus maravillas monumentales y estructurales que se remontan a la Antigüedad. Es una ciudad que hay que ver en persona. Las plazas son los lugares más emblemáticos de la ciudad, el corazón de Roma, con fuentes decoradas y estatuas llenas de vida. La ciudad es un museo al aire libre, pero que esto no le haga dejar de visitar sus museos de arqueología y arte, catedrales e iglesias. Por supuesto, pruebe la comida siempre que tenga oportunidad. Las vistas le enamorarán y le harán soñar, y su paladar quedará igualmente prendado. Este festín para los sentidos hace de Roma una experiencia inolvidable.